Sesiones grupales dirigidas por fisioterapeutas


Nuestra postura influye directamente en nuestro estado activo del cuerpo, y el cambio de presiones torácicas y abdominales se pueden ver influenciadas implicando directamente el suelo pélvico, teniendo demasiado tono muscular o, por el contrario, demasiada flacidez, con la afectación de los órganos (pérdidas de orina, dolores menstruales, dolores en las relaciones sexuales).
Nuestro suelo pélvico se tiene que trabajar siempre después de un parto (nacimiento de un bebé), independientemente de si ha sido un parto vaginal o una cesárea. Es de este modo que mediante unos ejercicios muy completos y dirigidos por la fisioterapeuta se actuará para recuperar la faja abdomino-pélvica y evitar futuros problemas de suelo pélvico o de abdomen.
Muchas veces durante el parto se realizan cambios de presiones importantes y alteraciones abdominales para facilitar la salida del bebé, tan sea por vía vaginal como por vía abdominal baja (cesárea). Estas cicatrices se tienen que trabajar para evitar adherencias, evitar problemas circulatorios o evitar afectaciones más delante de otras estructuras. El trabajo que realiza la fisioterapeuta en cualquier cicatriz mejorará su elasticidad, la vascularización y la consistencia del tejido en cuestión.
Afección que presenta gran parte de la población en el posparto inmediato. Es la pérdida de orina, que puede ser más o menos importante en función de la afectación. Encontraremos diferentes tipos de incontinencia, y se tiene que hacer una valoración cuidadosa de cada caso y pautar el tratamiento adecuado en cada situación.
Pérdida del control para mantener gases o heces dentro de nuestro intestino, muchas veces va acompañado de algún problema abdominal que también trataremos.
Se define como dolor en las relaciones sexuales, ya sea antes, durando o incluido días después de haber tenido relaciones. Este dolor no necesariamente ha de estar en la zona vulvar. Se tiene que evaluar y tratar de forma muy personalizada.
La diástasis abdominal es la separación de los músculos abdominales, y del tejido conjuntivo, posible causa de debilitamiento de estos músculos (muy habitual durante el embarazo por la gran crecida de la barriga). También puede aparecer fuera del embarazo al realizar un esfuerzo, o al levantar algún objeto pesado en una postura incorrecta. Es el principal motivo de flacidez abdominal en el posparto y de dolor lumbar.
Es el descenso de algunos de los nuestros órganos pélvicos (vejiga, útero o recto), en función del grado de prolapso, será más o menos visible y palpable su estructura.
Es el dolor a nivel del coxis, sobre todo en momentos de estar sentados, o intentar apoyar la zona de las nalgas en alguna superficie. Aparece un dolor punzante, y en algún caso con irradiación en las nalgas o piernas.
No relacionadas con el postparto
Es el deseo incontrolable de ir a hacer la micción más seguido del que es habitual, a pesar de que el volumen producido no es elevado. Esta necesidad de ir a orinar es bastante fuerte y urgente.
Es el aumento de la frecuencia urinaria, y a la vez, también es de una cantidad considerable (mayor de lo normal), sin que encontremos previamente ninguna infección.
El vaginismo es la contracción persistente e involuntaria de la musculatura de la vagina, que impide la introducción de cualquier cosa (sea pene, tampón, incluido un dedo). Puede ser primario o secundario en función del tiempo y momento de aparición.
Son las infecciones de orina recurrentes, a pesar de tratarse de manera correcta con antibióticos, sin motivo orgánico aparente.
Dolor agudo e invalidando a las menstruaciones que necesita de analgesia y dificulta nuestras actividades diarias.
Es el crecimiento de tejido endometrial fuera de la cavidad uterina, con dolor incapacitante incluido, a veces tratada con cirugía por invasión a otros órganos.
Dolor o molestia durante la expulsión del bolo fecal, puede ser debido a estreñimiento, a presencia de almorranas, o por una hipertonía del esfínter anal.
Dificultad para ir a defecar de manera diaria.